División, bloqueo y Guerra Fría
Tras la derrota de Alemania en la Guerra Mundial, Berlín se convirtió en la capital de un país devastado. El final de la guerra en Europa y la posterior división de Alemania y Berlín entre las cuatro potencias aliadas de acuerdo a la Conferencia de Potsdam marcarían la historia de la ciudad durante las siguientes décadas. Dividida en cuatro sectores; soviético, americano, inglés y francés que mantendrían sus tropas de ocupación hasta bien entrados los años 90, Berlín se convirtió en símbolo y cicatriz de la Guerra Fría.
Aliados en la Guerra pero enemigos irreconciliables en su concepción del mundo, EE.UU. y la URSS. no tardarían en verse las caras en Berlín. En una ciudad tomada por cuatro ejércitos y en una situación extrema para sus habitantes, el primer enfrentamiento no se haría esperar y ya en junio 1948 Stalin decide bloquear los sectores occidentales de la ciudad que representaban una pequeña “isla” dentro del territorio controlado por la Unión Soviética. Es el inicio de la Guerra Fría y en Berlín conviven en tensión dos ejércitos ahora enfrentados por un nuevo conflicto internacional.
El bloqueo, que duró 11 meses hasta mayo de 1949, sería superado con éxito por los aliados con un Puente Aéreo sobre Berlín que suministró a la ciudad de todo lo necesario e imaginable para la supervivencia, desde alimentos a carbón o medicinas y que hoy sigue siendo consideraba como la mayor acción humanitaria aérea de la historia. Poco después se fundaría la República Federal Alemana uniendo los tres sectores controlados por los aliados con capital en Bonn, a lo que los soviéticos responderían creando a su vez la República Democrática Alemana.
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